Historia

EDIFICIOS E HISTORIA

El colegio Ondarreta inició su andadura en 1970. En ese mismo suelo se ubicaba el nombre que le dio el Caserío Ondarreta, para que quedara en nuestra memoria para siempre. Fue un gran avance en la organización de las escuelas locales, y con la sucesión de los antecedentes, quedó también en sus manos la intensa labor de innovación y actualización. 50 pasos firmes y muchas historias para garantizar la importancia de la Escuela Pública. Aunque en la década de 1980 se cerraron las Escuelas de Sorabilla, los edificios de Karrika, Etxeberrieta Berria, Etxeberrieta Zaharra y Ondarreta cubrían por completo las necesidades de los ciudadanos. En la década de 1990 los centros escolares Leizaran y Ondarreta se unieron uniendo sus fuerzas y así actuaron durante unos años. Los edificios quedaron a cargo del Ayuntamiento, y aunque a mediados de esta década se cerraron los edificios Karrika y Etxeberrieta Zaharra, otros nuevos ocuparon su lugar en 2007 como el edificio del Polígono 17.

EUSKERA

El pensamiento de que la educación y la lengua se necesitan juntas no siempre ha resultado una idea sencilla, pero como otros, los responsables de Ondarreta Ikastetxea también se han empeñado en que así ocurriera. Ondarreta nació con el afán de transformar sus bases, denominadas Escuelas Nacionales, y recuperar los derechos que se habían negado tanto al euskera como al pueblo.

Poco después de su creación, a la educación se le piden profesores de euskera. A finales de la década de 1970, los profesores comienzan a formarse en euskera y en 1979 llegan los idoneos a las escuelas. El euskera ya es asignatura. En la década de 1980 existen tanto idoneos como específicos. Los modelos a y B ya están en marcha y en 1982 se cambia el sello del colegio Ondarreta y aparece en ambos idiomas. Las actas también se convierten en bilingües. En la primera década de 2000, las actas del claustro se redactan en euskera y a finales de la década desaparece el modelo B.

MEZCLA SEXUAL Y RELIGIÓN

El Colegio Nacional Mixto Ondarreta es su nombre fundacional y también hay que entenderlo en el sentido que tiene. Lo que durante largos años se llamaba la educación y en concreto la Escuela Nacional, tenía el objetivo y la obligación definidos tanto por los mandatarios como por la religión.

El colegio Ondarreta tenía un arduo objetivo de recoger y transformar su sucesión.

En la década de 1970 se dieron los primeros pasos y el claustro se muestra partidario de mezclar al máximo a chicos y chicas. También a favor de una enseñanza de la religión más científica y más relacionada con el medio ambiente del alumno. Ya en la década de 1980, en todas las aulas hay chicas y chicos mezclados. La igualdad, el respeto y la diversidad cultural han sido y son durante el día de hoy las bases del colegio Ondarreta, al que la gran cantidad de alumnos migrantes le ha brindado la oportunidad de garantizar, enriquecer y fortalecer estas ideas. No cabe duda de que ese es el trabajo y la responsabilidad de todos en la propia sociedad, y como la educación es responsabilidad tanto del profesorado como del alumnado, no hay mejor opción que hacerlo entre todos desde la base.

Ane Olazabal, exprofesora de Ondarreta.